Declarar abierta una Asamblea tiene siempre una carga emotiva. Ya puede ser la novena… ésta es única para la Provincia en estos momentos de su historia. La invocación al Espíritu Santo recobró la fuerza de los grandes acontecimientos. En la celebración de la Eucaristía, centro de nuestra vida espiritual, recibíamos el pan de la palabra y el cuerpo del Señor; nutridas así, emprendíamos el camino como pueblo de Dios.
En estas cosas del espíritu, tan difíciles de cuantificar, nos sentimos un elemento activo en la vida de la Compañía. Nuestra pequeñez se crece al sabernos “multitud” en la presencia misteriosa de Dios.
Cada Asamblea es un eslabón más de una cadena que atraviesa fronteras para dar el toque de UNIDAD a la Compañía. Es cierto. Pero ésta es la nuestra; la que pondrá el broche de oro al medio siglo de servicio a los pobres en Cataluña, Baleares y Huesca. Debe ser por eso, la Asamblea de la acción de gracias; la Asamblea del recuento, no para sacar pecho en vanaglorias tontas y sí para decir al Señor: “¡Hemos hecho lo que hemos podido”!; y, por supuesto, es la Asamblea que nos urge a trazar veredas sencillas pero audaces.
La fuerza que nos brinda el Señor está garantizada; en ella confiamos para que de nuestro trabajo salga “algo nuevo” que despierte la vitalidad que, por gracia, llevamos como simiente vocacional.
La comisión de prensa
¡Buenos días! ¡Muchísimas gracias por este Blog!! Es como "si presente me hallase" !! ¡ánimo, el Señor os precede en todo!
ResponderEliminar