ESPEJOS PARA LA ASAMBLEA

No ha muchos meses, la Iglesia ponía ante nuestros ojos 27 espejos donde mirarnos: eran 27 Hijas de la Caridad que, junto a 14 sacerdotes Paúles,  ennoblecían la familia de Vicente y Luisa. Hijas de la Caridad audaces en la fe, solícitas en la caridad y la esperanza por bandera.

El altar de Tarragona donde Cristo, Hostia Santa, se levantaba bajo el sol mediterráneo un 13 de octubre, era, ante el mundo, la proclamación gozosa de que el amor es más fuerte que la muerte.

Ellas son espejos donde una Asamblea puede mirarse para analizar cuántas taras tiene su rostro y tratar de acicalarse para salir a la calle dando gozo…

Es tiempo de Asamblea, es tiempo de rebuscar en nuestra historia el naciente de donde brota la audacia. Es tiempo de indagar de donde suele salir el impulso misionero; porque no puede haber gesto audaz si no  hay un algo que le impulsa.

Es tiempo de Asamblea; la responsabilidad provincial y de cada una de nosotras hace temblar; temblor santo de quien se siente llamada a dar pasos de santidad. La AUDACIA, con mayúscula  que llevó a nuestras Hermanas a dar su vida en un acto supremo de amor, fue la suma de pequeños gestos audaces; su martirio no fue un hecho aislado… fue el lazo que se pone a un regalo para agradar a quien lo ha de recibir. La motivación de sus vidas, en apariencia sencillas, llevaba la carga de quien se siente empujada, impulsada a “un más y mejor cada día”. La caridad de Cristo las empujó… ellas respondieron con un generoso “aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”.

Esta es nuestra Asamblea. Quizá sea la última que celebramos como Provincia canónica de Barcelona. Tenemos la suerte de verla enmarcada en un contexto eclesial de esperanza, en un tiempo de repliegue para mejor servir. No ha lugar a miedos porque ellas, nuestras mártires, están ahí para darnos coraje. Nuestros pequeños gestos audaces, sumados a los suyos, harán grande el carisma de nuestros Fundadores en un tiempo que es el nuestro por ser tiempo de Dios.

Comisión de prensa