A la mañana, al mediodía y al atardecer oraré al Señor; Él oirá mi voz. (Salm.
55, 17)
Al llegar a la Asamblea teníamos conciencia clara de que
emprendíamos un trabajo delicado, “porque
en las cosas de Dios se ha de andar con cordura”, como decía Santa Teresa.
El salmista, en el salmo citado, comienza su relato pidiendo al Señor que le
escuche, porque hay algo que le preocupa; esperaba confiado en que su oración
no sería rechazada.
La oración de la mañana nos remite a la conciencia de ser criaturas hermanadas con la naturaleza que
despierta buscando el sol que vivifica. Al amanecer nos sentimos frágiles,
adormiladas, presintiendo que la jornada puede resultar larga y monótona… que
habrá momentos de nubes ofuscando las verdades más evidentes.
Por eso ha sido bueno colocar la celebración cumbre de la
jornada, la Eucaristía, al mediodía, porque si las fuerzas han menguado, es
hora de saber que “les forces es refan
entorn la taula”.
La oración de vísperas nos convida
siempre a levantar las manos para hacer la ofrenda de la tarde; es momento
propicio para reconocer que Dios ha estado grande con nosotras y que estamos
alegres. Es momento para brindar “con la
copa de la salvación” y cantar salmos a su nombre; manera linda de pagarle
todo el bien que nos ha hecho.
Muchas de las asambleístas llevamos en el cajón de nuestros
mejores recuerdos, entre 7 y 8 Asambleas Provinciales. Número suficiente para ponderar,
sin ambages, la belleza y dignidad de las celebraciones litúrgicas. La línea de
la Provincia en este sentido ha supuesto “una
formación continua” para la vida espiritual. Nunca agradeceremos lo
suficiente el esfuerzo y constancia de las Hermanas que, con gusto y
sensibilidad, han preparado las celebraciones. Pistas nos han dado para que en
las comunidades diéramos la importancia debida a lo que es nuclear en nuestra
vida espiritual. ¡Cómo no darles las gracias!
Son muchas las voces limpias y
afinadas que siguiendo la batuta de Sor Imma nos han puesto “la piel de
gallina” cuando han escalado el pentagrama para coger notas casi imposibles…
Belleza, sin duda. Con el nombre de Imma se encadenan otros muchos: Sor
Coronada, Sor Nati, Sor Consol, Sor Ángeles Berenguer, etc.… ahora se alarga el
coro con las Hermanas más jóvenes; ¡que gozo!
¡Mil gracias, Hermanas! Que vuestras voces sigan alabando al
Señor en Asambleas y Pascuas; en laudes y vísperas y en “la liturgia” del
trabajo de cada jornada…
La Comisión de Prensa
¡¡Hasta aquí llegaron vuestras voces!! ¡¡¡Mil Gracias también a la Comisión de Prensa, porque ha hecho llegar vuestra voz hasta aquí!!! ¡¡Que Dios os siga bendiciendo!!
ResponderEliminarEso, gracias por el esfuerzo que habéis hecho para "tenernos al día"!!!!
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